Magnavox Odyssey
Descripción
La Magnavox Odyssey es una consola de primera generación. Y no sólo eso, fue la primera de las consolas domésticas, el padre de todo lo que vino después. Se comercializó entre 1972 y 1975 y vendió unos 350.000 aparatos. Desconocemos si esta cifra incluye los diferentes clones de la consola, como la Overkal española o la Panoramic Telemach en Argentina.
Su desarrollo empezó mucho antes, hacia 1951. Su creador fue Bill Baer, un ingeniero al que la empresa Loral encargó crear "la mejor TV del mundo". Baer dedujo que la TV ideal debía incorporar algún tipo de juego interactivo, y se puso a ello. Se llevó el proyecto a Sanders Associates en 1966, tras convencerles de sus ideas, y estos le asignaron como ayudante a Bob Tremblay. El equipo incorporaría a otros ingenieros y para 1969 tenían un prototipo con caja de madera, la "caja marrón", que presentaron a varios fabricantes de TV hasta que Magnavox la aceptó en 1972.
Comparado con cualquier consola moderna, La Odyssey es sencillamente ridícula. No tenía CPU y sus componentes consistían en 40 transistores y 40 diodos. Nada de chips o microprocesadores, ni tampoco sonido.
Con semejante hardware, los juegos eran de lo más simple. Estaríamos hablando de variantes del ping pong, cartas, ruletas... y siempre para dos jugadores. Los juegos se cambiaban introduciendo tarjetas, que a su vez activaban o desactivaban parte del "hardware" y alteraban la señal de TV. También se diseñó una primitiva pistola óptica que emplean algunos juegos.
Magnavox empleó la picaresca a la hora de vender el producto. Su publicidad era lo bastante ambigua como para que los usuarios inexpertos creyeran que la Odyssey solamente funcionaba con televisores Magnavox, y la empresa contribuyó al engaño vendiendo consolas y aparatos de TV a precio de oferta. A Ralph Baer tampoco le gustó que aumentaran por su cuenta el número de juegos mediante "overlays" (cartulinas que se superponían a la pantalla de TV) o solamente comercializaran la consola a través de su propia cadena de tiendas.
A pesar de su elevado precio (hasta 100 dólares de la época) la Odyssey fue un éxito de ventas. El público se volcó con los juegos tipo "Ping Pong" y montones de empresas iniciaron sus propios proyectos de videoconsolas.
Y según parece la Odyssey también fue crucial para el desarrollo del "Pong" de Atari. Por lo visto uno de sus creadores, Nolan Bushnell, asistió a una de las demostraciones de la Odyssey y de ahí sacó la idea para desarrollar su propia recreativa. Este episodio no fue conocido hasta mucho tiempo después, durante el juicio que enfrentó a ambos desarrolladores por el copyright del "Ping Pong".